martes, 7 de enero de 2020

La gente

Estuvimos con mi mujer en Roma, maravilla de ciudad. Por supuesto estaba lleno de gente, lo que nos incluía. Pero bueno, es Roma y como no eran muchos dias la caminamos y nos propusimos visitar un par de lugares importantes. Empezamos por el Vaticano, después de dos horas (dos horas son dos horas, empezamos a hacer la cola tipo 9:30 y entramos alrededor de las 11:30) de hacer fila logramos entrar. Pudimos recorrer un poco entre la multitud lo que es la Basílica de San Pedro, un edificio imponente.

A mi me gusta hacer fotos y me trato de buscar que valgan la pena, con resultado incierto. No pude. Como tampoco habrá podido hacerlo quien haya pretendido ir a rezar a su templo. Es lógico que se junte mucha gente dada la fecha, la fe y todo eso pero bueno. Sigo.

Salimos de San Pedro y fuimos a ver el Museo del Vaticano y después de otras dos horas de cola (también aquí dos horas son dos horas) logramos entrar.
Aquí la cosa fue mas complicada porque a gatas se podía caminar. Entramos por la parte de los egipcios, que a mi mucho no me gusta. Pero la falta de interés de mi parte me permitió empezar a observar a la gente: una mina haciéndose una selfie con un selfiestick delante de un jeroglífico. Me empezé a preguntar que evento mental pasa por la cabeza de una persona que hace eso, como sería el momento en el cual muestra su foto (en el caso que lo haga) y la opinión de quienes la ven. El como funciona eso e provoca una fascinación deprimente.

Quité la atención de la chica cuando ví a un pibe de unos 20 años con gafas de sol. Dentro del museo. Lo juro y de hecho estoy escribiendo esto para hacer catarsis. Gafas de sol dentro de uno de los museos mas importantes. ¿Se entiende?. No, no se entiende.

Seguimos caminando entre la gente, llevados por la gente y llevando a la gente, éramos todos una masa de gente caminando. Para que tengan una idea como en el subte B a la salidad del trabajo. Posta. Había también parejas, el llevando el bebé en el carrito, ella en cualquiera y una con el whatsapp. Pregunta: ¿a que van?. Otra pregunta: ¿cual es hoy dia la motivación para visitar un museo?.

Luego están los grupos con el caradura de turno explicando cosas que no suelen ser muy certeras a un grupo de turistas que no le dan bola porque hablan entre ellos o están con el smartphone.

Entiendo que no podemos compartir todos la idea de admirar el arte, uno lo hace a su manera y le puede gustar mas o menos pero en algún lugar es como leer, es el tener la humildad de ver una obra de arte de un tipo que estuvo golpeando una tabla de piedra en Egipto hace mil años para transmitir algo que hoy en el 2020 está colgado de una pared para que alguien lo admire, por mas que sea la lista de la compra.

La pregunta es: ¿dónde está la curiosidad, como puede ser que haya gente que haga una cola de dos horas para entrar a un museo a hacerse una selfie o pasear al chico?¿Como va a ser la generación que viene, que ni siquiera lee y encima se jacta de no hacerlo?.

Hablaba recien con un querido amigo y coincidimos en que debe haber un plan (yo creo que fue azaroso) para estupidizar a la gente y que tome como normal que un pais tire un cuete a un estado soberano para matar al hijo de puta de turno, o que no mueva un pelo ante el escalofriante incendio que está devorando Australia o que elija como baluarte de lucha contra lo que se viene a una piba de 16 años que entiende poco de todo (si le tocaba a ella también) o que alguien pague una entrada para ir a un museo de puta madre con anteojos de sol o que la gente vaya por el mero hecho de ir y poder decir "fui a visitar el museo de Las Pelotas, no sabé lo que es".

Igual y con toda honestidad: vayan y por mas que sea un Caos y que haya que hacer una fila de dos horas entren solo para mirar los techos y entrar a la Capilla Sixtina.

Para terminar: aplauso a los italianos por la organización (no es un sarcasmo) y aplauso a Italia por ofrecernos la posibilidad de visitar...Italia.


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