miércoles, 8 de mayo de 2019

Dimasi

A falta de calor hogareño propio me pasé mi adolescencia buscándolo en hogares ajenos. Lo encontré en el de ustedes, era un placer ir a su casa a pasarla bien, no hacia falta salir. Gaby enseñándome a escuchar música, la presencia tuya Marta, amor que no fui capaz de confesar. Su vieja poniendo un poco de orden y el Carpo sosteniendo todo con su sonrisa. Era un paraíso.

La madre se fue antes, pude estar con ustedes cuando la despidieron pero con el viejo estoy aquí en la loma del orto. Cuando me enteré de la muerte del viejo tuve la sensación que una parte de mi juventud, de nuestra juventud, también moría. Cuesta imaginar la casa sin el viejo, aunque voy cada equis años es como volver a ese lugar de felicidad. Ya falta algo que lo sostenia. La ultima vez que fui, hace cinco años, el se había caido y no andaba bien. Uno no se imagina que cierta gente se vaya para siempre, pero es asi.

No sé que decirles, no se como fue como padre, ya no importa; ustedes son padres ya saben que se hace lo que se puede, después es asunto de los hijos hacerse el camino y sacarse de encima las taras que nos dejaron los viejos. Lo unico que me sale es que lo recuerden con una sonrisa y que rescaten esos momentos de felicidad y el orgullo de de haber sido criados por un tipo esencialmente honesto y con valores.

Mas alla de todo creo que se fue un tipo bueno.

Los abrazo con el corazon.

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